Solo Quiero Ayudarte

***
¿Qué cómo empezó todo? Pues es difícil explicarlo… todo es un poco confuso…

Recuerdo que casi era de noche y caminaba de vuelta a casa, cansado de un largo día en la oficina escuchando los gritos y los estúpidos problemas de mi jefe mientras fingía que me importaban… El camino a casa era largo, pero no tenía otra opción, mi padre había enfermado esa semana y las medicinas eran algo caras, por lo que me había quedado sin dinero para el autobús.

Las sombras iban ganando terreno mientras el sol se ocultaba a mis espaldas, caminaba cabizbajo, agotado y con las manos dentro de los bolsillos, pensando qué hacer con mi vida, como salir adelante, si me ganara la lotería y todo ese montón de basura que se piensa cuando se tiene algún sueño o alguna meta por cumplir; la mía no era muy ambiciosa, tener un negocio y casa propia y poder independizarme, trabajar para mí mismo y no para algún tarado que me obligara a escucharlo por un sueldo de hambre…

Faltaban poco menos de 5 minutos para llegar a mi casa cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo, esa fue la primera vez que lo escuché. Un débil susurro, apenas perceptible pero que
logré entender muy bien: -“Tengo lo que necesitas…”- pensé que el stress me estaba jugando una mala broma y continué mi camino, no había caminado ni 10 pasos cuando de nuevo lo escuché: -“No tengas miedo, solo quiero ser tu amigo…”- de nuevo el escalofrío recorrió mi cuerpo, no quise volver a ver hacia atrás, tan solo eché a correr como mis cansadas piernas me lo permitían, tratando de escapar de lo que fuera que me estaba atormentando, pensando que al llegar a casa estaría a salvo…

-Estás un poco pálido- me dijo mi madre al llegar a mi casa, mientras servía mi comida en la
mesa y llenaba de café la enorme taza que papá solía utilizar. No quise contestarle mucho, temía que si le contaba se fuera a reír o imaginara que estaba loco, o peor aún, que me siguiera reclamando que trabajaba demasiadas horas y descansaba muy poco, pero no podía hacer otra cosa, papá había estado muy enfermo y el dinero que mamá ganaba cosiendo no era suficiente para cubrir los gastos de la casa, por lo que había pedido algunas horas extra y comenzaba mi jornada en la madrugada. Terminé de cenar y me dispuse a darme una ducha.

Era el único momento durante el día en al cual podía relajarme y pensar mi en las cosas mientras me acostaba en la larga tina, era mi único momento a solas, o al menos eso era lo que pensaba.

“Tengo todo lo que necesitas, no te asustes, solo quiero ayudarte y ser tu amigo” me levanté en el acto, mientras mi corazón latía desesperadamente, ¿había sido solo un sueño? Tenía que ser solo un sueño!!! Salí de la tina de prisa y comencé a vestirme, sin verme al espejo por el temor a encontrar algo siniestro en el reflejo. Me lavé los dientes y me fui directo a la cama. Horas pasaron y no lograba conciliar el sueño, me sentía agotado, pero no quería escuchar de nuevo esa horrible voz en mi cabeza, el estar trabajando tantas horas debía estarme afectando, sí, eso tenía que ser, solo debía descansar y todo volvería a ser como antes.



***

El ruido del despertador me indicaba que era hora de levantarme y prepararme para mi jornada laboral. Me metí al baño mientras mamá preparaba el desayuno, casi había olvidado por completo el asunto de la noche anterior, a pesar de no haber dormido mucho me sentía descansado, desayuné y salí temprano hacia el trabajo. Aún estaba oscuro cuando llegué a la oficina, así que encendí las luces y comencé mi trabajo, habían pasado escasos 25 minutos cuando lo escuché de nuevo, esta vez mucho más claro:- “Vamos, solo quiero ser tu amigo”. –No sé quién eres, pero no me interesa ser tu amigo, así que ya de una buena vez, déjame en paz!!!, le dije. –“No te molestaré más, pero me mantendré cerca, por si en algún momento necesitas mi ayuda” por fin la voz cesó y aunque algo inquieto, pude continuar mi trabajo.

Varios días pasaron y todo iba con normalidad, mi jefe tuvo que salir dos semanas a una gira y en la oficina se respiraba un ambiente de paz. Pasaron un memo donde anunciaban un importante ascenso a quien lograra encontrar una solución a un problema de productividad de la empresa. Un ascenso de ese tipo solucionaría gran parte de los problemas financieros de la familia, pero no tenía mucho conocimiento del tema así que no le di mucha importancia. Después del almuerzo, mientras lavaba mis dientes, lo escuché de nuevo… ”Yo te puedo ayudar, sé cómo conseguirte ese ascenso, vamos, solo quiero ser tu amigo, si no lo consigues, te dejaré en paz, lo prometo…” Lo pensé un momento y la verdad no tenía nada que perder, al fin y al cabo si lograba ayudarme me beneficiaría mucho y si no lo conseguía, al menos me dejaría en paz… Ese fue el primero de una serie de errores…

Está bien, acepto, quiero ver que tienes que ofrecerme, ayúdame a conseguir ese puesto y podremos ser amigos, le dije. Sentí una extraña sensación recorrer todo mi cuerpo, como si se llenara de una extraña energía, segundos después escuché su voz, pero esta vez venía desde mi interior y me dijo: “solo repite lo que te voy a decir y el puesto es tuyo, créeme llevo más de 6 mil años en este mundo, yo sé de lo que te estoy hablando…” ¿Seis mil años? Tenía que estar bromeando, y si no era así, ¿con quién o qué diablos acababa de hacer un trato? Era muy tarde para arrepentimientos así que me dirigí a la oficina del gerente y pedí a la secretaria hablar con él, me sudaban las manos, nunca le había hablado y no tenía ni idea de lo que iba a decir, había confiado ciegamente en lo que este extraño ser me había dicho y en ese momento me sentía realmente estúpido.



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Esperé por unos 20 minutos hasta que el gerente pudo atenderme, entré a su oficina lentamente, no pudiendo dejar de observar los extraños ornamentos que decoraban las paredes, y los carísimos adornos que ahí se encontraban.

-“Me ha dicho mi secretaria que tiene una idea revolucionaria para mejorar la producción de la empresa, pase adelante y tome asiento, quiero escucharlo, y si la idea es buena, el puesto es suyo”. Me senté en frente de su escritorio mientras pensaba en que decirle, pero las palabras no salían, y comenzaba a dudar de mi cordura, pues mi nuevo “amigo” no me hablaba, estaba ahí petrificado, y el gerente comenzaba a perder la paciencia.

Justo cuando estaba a punto de echarme de la oficina, lo escuché, y muy nervioso, comencé a repetir todo lo que me decía sin pensarlo, no recuerdo mucho de lo que dije, mi mente estaba nublada y solo recuerdo que conforme la conversación avanzaba, el gerente estaba más y más emocionado, al finalizar la entrevista me felicitó y me dijo que comenzaría con los trámites de inmediato para que me hiciera cargo del proyecto.
Salí de esa oficina sin entender muy bien que había pasado pero daba igual, mi nuevo amigo había cumplido su parte del trato y si eso era solo una muestra de lo que podía hacer, esta nueva asociación me iba a generar excelentes resultados.

***

Los días pasaban y las cosas iban mejorando, conversaba durante horas con mi nuevo amigo y me contaba cosas que había visto durante su larga estadía en este mundo, cómo había viajado por todo el orbe y de personas a las que había ayudado durante ese tiempo. Le tenía más confianza y cada vez con más frecuencia le dejaba tomar el control de mi cuerpo para impresionar a algunas personas, era muy elocuente y con facilidad me hacía ganar discusiones en las que antes ni siquiera había participado. Belphegor era, sin duda alguna, lo mejor que me podía haber pasado.

Se acercaba el día en que debía comenzar el proyecto y estaba muy emocionado, pero la salud papá seguía empeorando y el dinero cada vez alcanzaba menos, mamá cada día tenía menos trabajos y nuestros familiares comenzaron a darnos la espalda. Belphegor me decía que debía tener paciencia, pues su habilidad era el hablar y las cosas que necesitaba se salían de su control, pero me recomendó un amigo que podía ayudarme en esta situación, fue así como di con Melchom y luego de una corta negociación, mi cuerpo aceptó a un inquilino más. Desde ese día las cosas parecían mejorar, comenzaron a llegar más trabajos para mamá y los ánimos de papá volvieron; por fin después de mucho tiempo las cosas comenzaban a salir bien, hasta que 4 días antes de recibir mi inesperado ascenso, papá murió. Sentí el mundo venírseme encima.

Después del entierro, mamá se encerró en su cuarto, llené la tina y me sumergí sin quitarme la ropa, cerré mis ojos y me sumergí hacia la tierra de Morfeo. Tuve un sueño en el que veía a papá sufriendo mientras daba su último aliento y una horrible criatura que escapaba con su alma por el marco abierto de la ventana del segundo piso, corrí tras ella pero al llegar a la ventana había un precipicio, lleno de fuego y almas suplicando por perdón, la criatura había conseguido llegar al otro lado, y con una risa burlona, levantaba su trofeo mientras se perdía en la oscuridad de algún tipo de iglesia. Cuando desperté, sentía algo diferente en mi interior, la paz que sentía hace un par de días había desaparecido, el aire se había vuelto frío y se me dificultaba respirar.
Me levanté y caminé hacia mi habitación, al pasar al frente de la de mi madre, se había quedado dormida de rodillas en el suelo, con una vela encendida y una vieja biblia abierta en la cama. Continué hacia mi cuarto y cuando abrí la puerta pude sentir que no estaba solo en esa habitación.
Cerré la puerta tras de mí, mientras caminaba el aire se ponía cada vez más frío, el rechinar de las tablas del piso al dar un paso se veía aumentado por el silencio sepulcral que imperaba en la casa; faltaba poco para llegar a mi cama cuando lo vi en una esquina al otro lado de mi cuarto: sus ojos eran rojos como brasas, era enorme y estaba encorvado; aunque la luz era muy poca pude distinguir sus largos brazos terminados en largas garras y el olor a azufre impregnaba la habitación haciendo que las náuseas se apoderaran de mis fuerzas. Poco a poco fui perdiendo el conocimiento mientras lo veía sonreír con su enorme hocico lleno de afilados dientes, pensé que ese era mi fin y me desmayé.

***

Interrumpido mi sueño por el sonido del despertador me levanté y me dirigí al baño, me vestí mientras mamá preparaba el desayuno, cuando bajé encontré la comida servida en la mesa, mamá se había vuelto a la cama, terminé de prepararme y me fui para el trabajo.

Tres días habían pasado desde que papá nos dejó, era el gran día de mi ascenso, y aunque deseaba más tiempo para guardar el luto, las cuentas no se iban a pagar solas y los gastos del funeral nos habían dejado aún más cerca de la ruina. Hacía 3 días que no hablaba con ninguno de mis “socios” y no tenía ganas de hacerlo, sentía en parte que esto había pasado por asociarme con ellos, por permitirles poseerme en alguna manera, y la culpa no me permitía dormir lo suficiente. Mamá parecía saber algo al respecto, porque desde ese día apenas me hablaba lo necesario, y la encontraba frecuentemente con la mirada perdida, como si observara algo a través de la ventana de su cuarto… las veces que me le acercaba me apartaba con la mano y cuando llegaba la hora de dormir cerraba la puerta con seguro, como si tratase de protegerse de algo.

Llegué temprano a la oficina, aún era de madrugada y encendí las luces para comenzar a trabajar; los fluorescentes comenzaron a parpadear, y pude ver de nuevo a esa horrible creatura en una esquina, aparecía con cada parpadeo de las luces, como si solo pudiese ser vista cuando había oscuridad. Me quedé helado en el sitio sin quitar la mano del interruptor, cada vez que la luz se iba y venía, la criatura estaba un paso más cerca de mí, hasta que, faltando escasos 2 metros para que me alcanzara, la luz dejó de parpadear, pude sentir algo intensamente helado pasar a través de mí y de nuevo perdí el conocimiento. Desperté con la voz de uno de mis compañeros, traté de levantarme pero me sostuvo, mientras colocaban una bolsa con hielo en mi cabeza, nuevamente tuve la sensación de que algo había cambiado dentro de mí, me sentía mareado y adormecido; poco a poco fui recobrando el control de mi cuerpo y logré incorporarme. Escuché de nuevo la risa de esa bestia, pero esta vez desde mi interior, un escalofrío recorrió mi cuerpo, ya había perdido la cuenta de cuantos de estos seres habitaban conmigo y lo que pudieran hacer me estaba preocupando. Por mi mente jamás hubiera pasado lo que ese día iba a suceder…
Una media hora después fui citado a la oficina del gerente, era el gran día, entré muy nervioso a la oficina y comenzamos a hablar, nuevamente fue Belphegor quien habló, pero esta vez el gerente parecía molesto, decía que la idea que le había presentado se la estaba robando a mi jefe, algo en el plan había fallado y estaba amenazando con despedirme. Salí de esa oficina cabizbajo, sin entender como mi socio había fallado, y como mi jefe había tenido la misma idea, todo lo que había pasado no había servido para nada y sin ese aumento, no iba a poder hacerle frente a las cuantiosas deudas adquiridas en los últimos días.

***

A eso de las 8 de la mañana entró mi antiguo jefe golpeando la puerta de la oficina y vociferando maldiciones, algo muy normal en él, pero esta vez era diferente… Volvió a vernos a todos, en busca de su culpable, y fue ahí cuando sus ojos me encontraron. Caminó hacia mi escritorio, con los ojos desorbitados, mientras los demás compañeros mi miraban con temor, pues todos sabíamos lo violento que podía llegar a ser cuando estaba realmente enojado, pero esta vez era diferente…. Sentía como mis ilusiones se desmoronaban pedazo a pedazo con cada uno de sus rugidos, ya no soportaba más, lo veía como en cámara lenta mientras caminaba hacia mí gritando todo tipo de improperios y fue ahí cuando lo escuché de nuevo…”Puedo ayudarte, ¿no estás cansado de ser siempre con quien se desquita?, déjame ayudarte, déjame salir, sé cómo ponerlo en su lugar…” Era la voz de esa criatura, lo supe de inmediato, ese maldito estaba a punto de llegar a donde estaba y sabía que me iba a golpear y luego a despedir, porque según él, había tratado de quitarle el puesto robándose su idea. Cerré los ojos con fuerza y le grité en mi mente: “Está bien, hazlo, pero hazlo ya que no soporto!!!” abrí los ojos y vi como él tomaba unas tijeras con mis manos, seguido a esto, con una destreza casi quirúrgica, rebanó la garganta del infeliz y lo pateó hacia adelante, la lluvia de sangre salpicaba todo con cada latido mientras trataba de tapar el flujo con ambas manos. Los demás compañeros de la oficina miraban horrorizados, seguía sin poder tomar el control de mi cuerpo y solo podía verlo ahí, ensañado encima de su pecho, atravesándolo una y otra vez con las tijeras, mientras los demás corrían por ayuda o para ponerse a salvo.

Trataba de gritar que no lo hiciera, pero claramente ahora él tenía el control de mi cuerpo, caminó despacio hacia la oficina del gerente, mientras la gente corría desesperada tratando de abandonar el edificio. Tan solo podía mirarlo sin hacer nada, de alguna forma, veía todo lo que ocurría desde afuera, como si en algún momento hubiera sido expulsado de mi propio cuerpo.

Con una fuerte patada abrió la puerta de la oficina del gerente, quien solo había escuchado los gritos desde afuera y lo único que tuvo oportunidad de hacer fue ponerle seguro a la puerta y esconderse debajo del escritorio. Caminó lentamente mientras sus manos aún goteaban la sangre del último infeliz que había agujereado. Decidió cambiar las tijeras que llevaba consigo por el abrecartas dorado que descansaba sobre el escritorio, se asomó sonriendo a donde se encontraba el gerente… es curioso, nunca creí que mi rostro pudiera esbozar una sonrisa tan amplia… Lentamente introdujo la punta del abrecartas a través de su ojo derecho y mientras el pobre infeliz chillaba de dolor, lo retorcía una y otra vez; por más que trataba de librarse del brazo que lo sostenía, mi cuerpo parecía tener una fuerza sobre-humana y tan solo conseguía rasguñarle el antebrazo. Luego, nuevamente con esa destreza de cirujano, le abrió el estómago de lado y pude ver como sus entrañas se derramaban sobre el piso, mientras el gerente, en un último esfuerzo desesperado, trataba de mantenerlas dentro de su cuerpo. Volvió su cabeza hacia donde me encontraba, y tomando la cabeza del gerente desde atrás, levantó su cara lentamente y acabó con su desgracia. Luego, tomando como tinta su sangre, comenzó a dibujar un pentagrama en el piso, con algunas palabras alrededor en algún idioma que nunca había visto, me miró de nuevo, sonrió con mi rostro casi desfigurado y comenzó lentamente a cortar mi garganta de izquierda a derecha, todo esto mientras seguía sonriendo. Segundos después pude ver como mi cuerpo se desplomaba y saltaba sin control víctima de las convulsiones, y a través del pentagrama, todos mis antiguos socios volaban de vuelta al infierno, mientras yo seguía parado en el mismo lugar, viendo como todas las cosas continuaban su curso y yo seguía sin poder moverme. Minutos después llegó la policía, rodearon el lugar con cintas y comenzaron a espantar a los curiosos. Según su reporte, un loco la había emprendido contra sus jefes después de muchos días de continuo stress; con el victimario muerto, no había mucho por hacer y la investigación se terminó archivando.


***

Una vez retiraron mi cuerpo pude comenzar a moverme de nuevo y lo único que pasó por mi mente fue volver a casa. Mamá murió poco tiempo después, y esa extraña criatura vino de nuevo en la noche por su alma al igual que lo hizo con la de mi padre. Ahora entiendo que eso, aún con su horrible apariencia, solo quería ponerlos a salvo de lo que sin saber había permitido entrar a nuestra casa. Pude ver la tristeza en los ojos de mi madre y antes de morir miró donde yo estaba y extendió su mano, como si me estuviese viendo mientras la criatura arrastraba su alma a la oscuridad de aquella iglesia.

30 años han pasado desde entonces y sigo caminando, no siento sueño ni hambre, aún continúo aquí, caminando sin rumbo fijo, puedo ver extraños seres arrastrarse por esta dimensión, susurrando miles de cosas al oído de la gente confundida y cerrando a diario confusos tratos que a menudo finalizan con la muerte del deudor o su familia. Mientras sigo aquí, caminando, buscando alguien que me escuche o requiera de mi ayuda… “Pareces una persona angustiada, me gustaría ayudarte….Tengo lo que necesitas…No tengas miedo, solo quiero ser tu amigo… tan solo quiero ayudarte….”

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